En memoria de “Paine”, Miguel Cabrera Fernández.

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por CCMMN

Desde el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume hemos querido homenajear a Paine; Miguel Cabrera Fernández; con dos cápsulas sonoras de Memorias Rebeldes y un video con un homenaje sonoro en su memoria de la canción Bella Ciao, interpretado por José Seves y Victor Seves; por conmemorarse este viernes 15 de octubre de 2021, cuarenta años de su caida en combate, en la localidad de Choshuenco, mientras cubría y defendía el repliegue de sus compañeros del DGTL.

Creciendo y fortaleciendo las luchas de los pueblos

Hace cuarenta años, el 15 de octubre de 1981, en la localidad de Choshuenco, cayó resistiendo a la dictadura el militante revolucionario Miguel Cabrera Fernández, “Paine”, jefe del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro que operó en las montañas de Neltume desde julio de 1980 hasta la caída de su líder.

Paine fue un militante y dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que dedicó su vida a trabajar y luchar por la construcción de un mundo mejor para su pueblo. Tenía 30 años de edad cuando fue abatido en las calles del poblado cordillerano. Nacido el 28 de septiembre de 1951 en el seno de una familia de trabajo y de izquierda, desde muy temprana edad, guiado por las enseñanzas de su padre, dueño de un arraigado pensamiento socialista, comenzó a integrarse a iniciativas sociales y a hacerse parte de las demandas populares que se levantaban en su entorno.

Paine nació en la comuna de Teodoro Schmidt, ubicada en la costa de la provincia de Cautín, e hizo sus primeros aprendizajes escolares en la escuela primaria de ese pueblo. En 1963 la familia se traslada a la ciudad de Temuco; allí termina su educación primaria y luego ingresa a hacer la secundaria en el Instituto Comercial de Temuco. Paralelamente, se hizo miembro de la Juventud Socialista al calor de la campaña presidencial de Salvador Allende en 1964. En septiembre de 1965, en el marco de un congreso de estudiantes de enseñanza comercial que se desarrolló en Temuco, fue reclutado para ingresar al MIR por integrantes de la recién creada organización que antes también habían pertenecido al partido socialista. Es así que en octubre de 1965, con catorce años de edad, Paine forma parte del grupo fundador del MIR en Temuco compuesto por un puñado de miembros.

Desde un comienzo de la actividad política del MIR en la provincia, éste se abocó al desarrollo del trabajo social en el campo, particularmente con el campesinado y comunidades mapuches de Cautín y Malleco. En ese proceso, Paine estuvo involucrado con decisión y entrega, al punto que abandonó sus estudios secundarios para dedicar su energía al trabajo en las zonas rurales. Por la pertenencia socialista de su padre y la propia, Paine tenía conocimiento de muchos lugares y personas a las cuales comenzó a contactar para la nueva idea de lucha. El MIR tuvo un crecimiento sostenido y constante. A comienzos de 1968 se organizó con las células surgidas en la zona el Comité Regional del MIR en Temuco y Paine integró la dirección de esa naciente estructura.

En 1970, como miembro de la dirección del Regional Temuco, es promovido a integrar el Comité Central del MIR, instancia a la que perteneció hasta su muerte. La trayectoria de Paine se forjó en la construcción y desarrollo de la política revolucionaria en el campo, en las tomas de fundos, en las corridas de cerco, en la conformación del Movimiento Campesino Revolucionario (MCR), en la creación de los Consejos Comunales Campesinos, en la formación de militantes para el MIR. La importante labor de Paine en las luchas populares de las provincias de Malleco y Cautín fueron los fundamentos de su prestigio y significación tanto para la militancia como para las comunidades con las cuales abrazó la misma causa por las transformaciones de la sociedad.

El golpe militar que derrocó al gobierno de Salvador Allende trajo también las represalias, la venganza ciega y el terror desatado de manos de las fuerzas militares, policiales y de la derecha civil que se ensañó contra el pueblo chileno. Muchos militantes tuvieron que escapar de sus zonas de origen, pasar a la clandestinidad, para tratar de evadir la cruenta represión que se dejaba caer sobre el mundo popular y los sectores revolucionarios. Paine se replegó hacia Santiago y allí permanecía funcionando en actividades partidarias en clandestinidad, pero no logró evitar el alcance de la garra opresora. Fue detenido en la capital en marzo de 1974 y trasladado luego a Temuco para ser sometido a un espurio Consejo de Guerra que organizó la dictadura para castigar y condenar a los luchadores sociales.

Paine permaneció en la cárcel de Temuco, junto a centenas de otros prisioneros políticos, hasta mediados de 1976, fecha en que se le conmutó la pena de presidio que le habían impuesto por la de extrañamiento o expulsión del país. Salió con destino a Holanda; pero la obligada estadía en el exilio era para Paine tan solo una etapa de tránsito para la preparación de un retorno a luchar en Chile.

Resistiendo en las montañas de Neltume

Cuando en 1978 la dirección del MIR impulsó la política del retorno, Paine era un convencido de su necesidad y se convirtió en un gestor de su desarrollo en la práctica. Además, dentro de esa política general, existían planes específicos de distintas características y condiciones; uno de ellos era el de preparar y generar condiciones para la lucha guerrillera rural en la zona sur del país. Y Paine estuvo desde el comienzo a la cabeza de estos esfuerzos específicos en función de desarrollar la guerrilla en Chile.

Movido por esa finalidad, Paine reclutó el contingente para las escuelas de formación previas al ingreso a Chile; seleccionó a los y las militantes que le parecieron más idóneos para asumir tareas rurales en condiciones extremas, y les condujo en la instrucción para asegurar un conocimiento mínimo y un aprendizaje adecuado. En esa fase comenzó a estructurar el contingente que formaría el futuro destacamento guerrillero en las montañas chilenas.

Terminada la instrucción procedió a liderar el proceso de retorno clandestino del contingente destinado a dar inicio a la tarea en el terreno. La zona escogida en secreto por la dirección del MIR era la cordillera valdiviana, teniendo como centro de acción las áreas de montaña que abarcaba el antiguo Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli. De allí también que una buena parte de los integrantes del contingente reclutado y seleccionado por Paine hayan sido militantes originarios de esa zona.

El trabajo en la montaña el MIR lo inició a mediados de julio de 1980 con una pequeña unidad integrada por miembros del contingente que ingresaron al país clandestinamente desde el exterior. El grupo se fue aumentando con sucesivas incorporaciones de más ingresos clandestinos. A comienzos de septiembre ingresó Paine a Chile y a mediados de octubre de 1980 se incorpora al trabajo en la montaña, asume el mando del grupo y se da conformación al Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, en las montañas de Neltume, en la comuna de Panguipulli.

La dirección del trabajo en el terreno se fue consolidando y extendiendo territorialmente. La dureza de las características de la montaña, sumado a las dificultades de los aprovisionamientos necesarios para la mantención del destacamento en esa adversa realidad, fueron parte de los constantes problemas que la tarea debió enfrentar. Paine, en todo momento, procuraba mantener la disposición de lucha del contingente y de conseguir generar las condiciones mínimas para dar paso a una etapa superior del desarrollo de los objetivos del destacamento.

En ese proceso de preparación es que el 27 de junio de 1981 se produjo la detección y ataque del campamento base del DGTL por parte de unidades especializadas del ejército. Si bien ningún miembro del destacamento resultó muerto o herido en ese ataque, el asalto del ejército provocó la huida y dispersión del grupo en la montaña. Siguiendo ciertas pautas previas de comportamiento, el contingente logra reagruparse casualmente en dos grupos separados entre sí, sin comunicación entre ellos, y sin saber cada grupo la suerte corrida por el resto de sus compañeros. Uno de los grupos quedó encabezado por Paine, y el otro por Pedro, el segundo al mando, también por mera casualidad.

El asalto significó la pérdida de todos los equipos de sobrevivencia en la montaña, de las ropas y útiles personales, de los alimentos y medicinas, así como de una mochila de seguridad que contenía información clave sobre el destacamento, sus actividades y sus integrantes. En esas condiciones, los grupos separados debieron enfrentarse a la más feroz persecución que se haya producido jamás en nuestro país. Miles de efectivos militares, policiales y agentes civiles de la represión fueron movilizados para cercar y aniquilar al destacamento en fuga.

A comienzos de agosto, 42 días después del ataque, y habiendo eludido con éxito el cerco y persecución de los uniformados, ambos grupos se reencuentran. Paine comienza a delinear formas de resolver los problemas que afectaban al destacamento. Uno de ellos era restablecer la comunicación con la dirección del MIR, otro era conseguir suministros básicos para sobrevivir y otro evacuar de la montaña a los heridos y enfermos. En pos de enfrentar esas urgencias, organiza una patrulla que sería enviada a las ciudades del llano central y a Santiago a conseguir y regresar con las ayudas necesarias. A fines de agosto sale la patrulla de cinco miembros del destacamento con la finalidad de cumplir esa misión decisiva.

La suerte de la patrulla terminó de sellar la historia del destacamento. Dos de los miembros de la patrulla fueron hechos prisioneros cuando ya se encontraban en el llano. Los otros tres pudieron llegar a sus destinos, pero ello se tornó en irrelevante ante el hecho determinante de la mencionada detención. Los detenidos fueron salvajemente torturados por los criminales agentes represivos y utilizados luego como carnada para tratar de llegar al resto de los integrantes del destacamento en la selva cordillerana.

La sucesión de hechos trágicos en la montaña comienza el 13 de septiembre, cuando es abatido Pablo, continúa el 17 cuando matan a Jorge, sigue el 20 cuando son asesinados Pedro, Víctor y Camilo, y se cierra el 21 cuando ejecutan a Oscar y Rigo, los dos que habían sido apresados en el llano. Paine sólo pudo enterarse de inmediato de la caída de Pablo; de la suerte de los demás se entera a fines de septiembre, cuando la pequeña unidad de tres miembros a que quedó reducido su grupo logró contactarse con personas de la comunidad de Neltume que les relataron las informaciones ya conocidas públicamente.

Enfrentado a la triste realidad del destacamento, Paine decide que deben replegarse a las ciudades, contactar al partido y ver la forma de seguir luchando contra la dictadura. En esa idea comienzan los tres a prepararse con la ayuda de lugareños. Y en ese afán es que a mediados de octubre inician el camino hacia el llano. En ese trayecto pasan por el poblado de Choshuenco donde la presencia del reducido grupo es observada por personas del pueblo y denunciada a carabineros; éstos los sorprenden en una esquina cualquiera. Allí Paine extrae su pistola para enfrentarse a los uniformados y posibilitar la huida de sus dos compañeros. La pistola se le atascó al primer intento de disparo y Paine fue abatido por los carabineros del Retén de Choshuenco. Los otros dos compañeros lograron huir, salir al llano y continuar la lucha.

Han transcurrido ya 40 años de su caída pero Paine dejó una estela de ejemplo basada en el esfuerzo, en la convicción y en la decisión de luchar hasta las últimas consecuencias, hasta alcanzar la victoria, como reza la placa en el memorial levantado en su homenaje en el lugar donde cayó combatiendo.

A continuación les dejamos un homenaje sonoro en memoria de Miguel Cabrera Fernández.con el tema musical “Bella Ciao”, canción popular de la resistencia italiana contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, interpretado por José Seves y Victor Seves, en una colaboración con el Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume.; por conmemorarse este viernes 15 de octubre de 2021, cuarenta años de su caida en combate, en la localidad de Choshuenco, mientras cubría y defendía el repliegue de sus compañeros del DGTL.

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