Por Ignacio Ayala, Área de Memorias y Derechos Humanos, CCMMN

 

Minutos antes de las nueve de la mañana del viernes 29 de junio de 1973, dieciséis vehículos de combate y más de 80 efectivos salen del Regimiento Blindado N°2, a la altura del 900 de Santa Rosa. Uno de ellos se dirige al Ministerio de Defensa; y los otros se ubican al norte y sur de La Moneda. Al mando de los complotados estaba el teniente coronel Roberto Souper. Hay acciones de fuego en el Ministerio de Defensa y La Moneda recibe más de 500 tiros de ametralladora. Hubo 22 muertos, entre civiles y militares. A pesar de la simpatía de numerosos oficiales, no hubo otras unidades militares que se hayan plegado al “Tancazo”. El comandante en jefe del ejército, general Carlos Prats despliega estratégicamente a las tropas que permanecían leales al gobierno constitucional para una contraofensiva rápida, evitando la propagación de la sublevación en regiones. De este modo, antes del mediodía, la intentona golpista era sofocada. El regimiento amotinado se entregó y algunos oficiales fueron detenidos y procesados militarmente. Los principales líderes de Patria y Libertad huyeron a pedir asilo en la embajada de Ecuador, ya que formaban parte del complot.

Mientras tanto, la Central Única de Trabajadores publica un comunicado llamando a ocupar las fábricas y paralizar la producción. Lo mismo hacen los cordones industriales y organizaciones obreras de Santiago y de provincias. La toma de los lugares de trabajo es la principal arma del poder popular contra el golpismo. Durante las primeras horas del “Tancazo”, Allende se dirige por radio a sus partidarios, terminando su discurso con una frase que nunca llegará a concretarse: “Si llega la hora, armas tendrá el pueblo”. Horas más tarde, volverá a su estrategia de apego irrestricto a la constitución, confianza en una supuesta tradición republicana de las fuerzas armadas y negociaciones con los sectores del centro político. Más allá de los discursos, hubo una completa ausencia de reacción político-militar por parte del poder popular o los partidos de izquierda. Esta evaluación por parte de las fuerzas armadas será fundamental meses más tarde.

En Neltume, varios testimonios afirman que la actitud del personal del Retén de Carabineros de la localidad fue de apoyo al gobierno constitucional. Benito Carrasco, sargento y jefe de la unidad, por ejemplo, habría manifestado su disposición a defender el gobierno de Allende. En efecto, durante y después del 29 de junio, se habrían acercado a los dirigentes del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP) y a los líderes de la izquierda, “poniéndose a disposición de lo que ordenaran o requirieran, partiendo por ellos mismos, con sus armas, radio y todo lo que pudiera ser útil. […] Afirmaron sin reparos que, si llegaba el caso, le entregarían las armas del retén a la gente para que ejerciera su derecho de defensa”. (Bravo, 2012: 136)

La madrugada del 12 de septiembre, horas después del Golpe de Estado, un grupo de trabajadores del Complejo, junto a militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), se concentraron a las afueras del Retén de Neltume para recordar a los carabineros su compromiso de ponerse a disposición de los sindicatos o de entregar su armamento, equipos y vehículos a los trabajadores. La respuesta desde el interior fueron ráfagas de ametralladora disparadas “por sobre las cabezas” de los manifestantes, como señal de amenaza y anuncio de lo que estaba por venir. Durante las horas siguientes hubo numerosas detenciones y el 3 y 4 de octubre de 1973, se produjo el fusilamiento de doce personas, acusadas de haber participado del “asalto al retén de Neltume”, en el contexto de la visita a Valdivia de Sergio Arellano Stark y la Caravana de la Muerte.

 

Fuentes y bibliografía

Cistóbal Bize Vivanco, El otoño de los raulíes. Poder popular en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (Neltume, 1967-1973), Santiago, Tiempo Robado Editoras, 2017.

José Manuel Bravo Aguilera, De Carranco a Carrán. Las tomas que cambiaron la historia, Santiago, Lom Ediciones, 2012.

Pedro Cardyn Degen, Sangre de baguales. Epopeyas mapuches y obreras en tiempos del Complejo Maderero Panguipulli. Un efecto mariposa inconcluso, Santiago, Lom Ediciones, 2017.

Franck Gaudichaud, Chile 1970-1973. Mil días que estremecieron al mundo, Santiago, Lom Ediciones, 2016.

Eduardo Labarca (Dir.), Chile junio 1973 [Documental], Chile Films, 1973.

Carlos Prats González, Memorias. Testimonio de un soldado, Santiago, Pehuén Editores, 1985.

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